domingo, 23 de junio de 2013

JESUS ES LA EUCARISTIA



Para los que no somos teólogos, ni sacerdotes, cómo interpretamos lo que es la Eucaristía?
Sabemos que por la consagración, el pan se convierte en el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de nuestro Señor Jesucristo.

Aquí les transcribo lo que Jesús le dijo a Santa Catalina de Siena:

Vosotros recibís toda la escencia divina en aquél dulcísimo Sacramento que esta bajo la blancura del pan. Y así como el sol no se puede dividir, así todo Dios y Hombre no se puede dividir en esta blancura de la Hostia. Supongamos que la Hostia se divida; aún si fuese posible hacer miles de migajas, en cada una, esta Cristo, todo Dios y todo Hombre. Así como se hace añicos un espejo pero la imágen reflejada se sigue viendo; así dividiendo esta Hostia, no se divide ni Dios ni el Hombre porque en cada parte esta el todo.Y no disminuye en sí mismo, como sucede con el fuego, según el siguiente ejemplo: si tú tuvieses una llama y si todo el mundo quisiera encenderse con esta llama, ella no disminuiría y tampoco cada uno tendría el todo. Es verdad que hay quien participa más y quien menos de esta llama porque cada uno recibe el fuego según la materia que lleva.


Y para que tú entiendas mejor te propongo otro ejemplo: si fuesen muchos los que llevan las velas y uno tuviese una onza de cera, el otro, dos y el otro, seis; quien de una libra, quien más, y fuesen todos a las llamas para encender sus velas; es verdad que en cada vela encendida, grande o pequeña que fuese, se ve toda la llama, es decir, el calor, el color y la misma luz; así pues, juzgarías que tiene menos luz aquél que tiene solo una onza respecto al que tiene una libra. Asi sucede con este Sacramento. El hombre lleva su vela, que es el deseo santo con el cual se toma y se recibe este Sacramento; pero tal vela en sí misma esta apagada y se enciende cuando se recibe la Eucaristía. Efectivamente aunque todos tengan la misma materia porque todos han sido creados a mi imágen y semejanza, y como cristianos tened la luz del santo bautismo, no por eso cada uno puede crecer en amor y virtud , según como gustáis, mediante mi gracia.  No es que vosotros mutáis la vida sobrenatural que yo os he dado, pero podéis crecer y aumentar en el amor y la virtud, usando el libre arbitrio, con virtud y afecto de caridad mientras tenéis tiempo; porque pasado el tiempo, vosotros no lo podréis hacer.






Puede haber muchas otros explicaciones desde el punto de vista racional, creo que Jesús lo explica muy bien, pero para mí la mejor explicación es: sentir, sentir a Jesús en la Eucaristía.

sábado, 22 de junio de 2013

PREPARACION PARA LA SANTA COMUNION


Sor María Faustina del Santísimo Sacramento
Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia.

1804 El momento más solemne de mi vida es cuando recibo la Santa Comunión. Anhelo cada Santa Comunión y agradezco a la Santísima Trinidad por cada Santa Comunión.
Si los ángeles pudieran envidiar, nos envidiarían dos cosas: primero, la Santa Comunión y segundo, el sufrimiento.

1805 1.+ Hoy me preparo para Tu llegada como la esposa para la llegada de su Esposo. Este Esposo mío es un gran Señor. Los cielos no logran contenerlo. Los serafines que están más cerca de Él cubren sus rostros y repiten sin cesar: Santo, Santo, Santo.
Este gran Señor es mi Esposo. A Él le cantan los Coros, ante Él se postran los Tronos, frente a su resplandor se apaga el sol. Y sin embargo este gran Señor es mi Esposo.
Corazón mío, sal de este profundo asombro sobre cómo lo adoran los demás, porque no tienes tiempo, visto que se acerca y ya está a tu puerta.

1806 Salgo a su encuentro y lo invito a la morada de mi corazón humillándome profundamente ante su Majestad. Pero el Señor me levanta del polvo y, como a su esposa, me invita a sentarme junto a Él y a confiarle todo lo que tengo en mi corazón. Y yo animada por su bondad, inclino mi sien sobre su pecho y le cuento todo. En primer lugar le digo lo que no diría jamás a ninguna criatura. Y luego hablo de las necesidades de la Iglesia, de las almas de los pobres pecadores, de cuánto necesitan su misericordia. Pero el tiempo pasa rápidamente. Jesús, tengo que salir de aquí a los deberes que me esperan. Jesús me dice que queda todavía un momento para despedirse. Una profunda mirada recíproca y por un rato nos separamos aparentemente, pero nunca realmente. Nuestros corazones están unidos continuamente; aunque por fuera estoy ocupada por distintos deberes, pero la presencia de Jesús me sumerge constantemente en un profundo recogimiento.

1807 2. + Hoy mi preparación para la venida de Jesús es breve, pero marcada por un amor intenso. La presencia de Dios me penetra e inflama mi amor hacia Él. No hay ninguna palabra, solo hay un entendimiento interior. Me sumerjo toda en Dios a través del amor. El Señor se acerca a la morada de mi corazón. Después de recibir la Comunión apenas estoy consciente para volver a mi reclinatorio. En ese mismo momento mi alma se sumerge totalmente en Dios y no sé lo que pasa alrededor. Dios me da el conocimiento interior de su Ser Divino. Estos momentos son breves, pero penetrantes. El alma sale de la capilla profundamente recogida y no es fácil distraerla. Entonces me parece que toco la tierra con un solo pie. Ningún sacrificio durante el día resulta difícil y pesado. Cada circunstancia despierta un nuevo acto de amor.

1808 3. + Hoy invité a Jesús a mi corazón como al amor. Tú eres el amor mismo. Todo el cielo se enciende y llena de Tu amor. Por lo tanto mi alma Te desea como una flor anhela el sol. Jesús, ven rápidamente a mi corazón, porque ves que como la flor requiere el sol, así mi corazón se lanza hacia Ti. Abro el cáliz de mi corazón para acoger Tu amor.

1809  Cuando Jesús vino a mi corazón, todo vibró de vida y de calor en mi alma. Jesús, retira mi amor del corazón y llénalo con el ¨Tuyo. Un amor ardiente y luminoso que sabe llevar el sacrificio, que sabe olvidarse completamente de sí mismo.
Hoy mi día esta marcado por el sacrificio.

1810 4. + Hoy me preparo para la venida del Rey.
Qué soy yo y qué eres Tú, Señor, Rey de la gloria, gloria inmortal. Oh corazón mío, ¿te das cuenta de quién viene a visitarte hoy? Sí, lo sé, pero es curioso que no puedo comprenderlo. Oh, si fuera solamente un rey, pero éste es el Rey de reyes, Señor de los señores. Ante Él tiembla todo poder y autoridad. Hoy Él viene a mi corazón. Lo oigo acercarse, salgo a su encuentro y lo invito. Cuando entró en la morada de mi corazón, mi alma se llenó de un respeto tan grande que se desmayó atemorizada, cayendo a sus pies. Jesús le dio su mano y le permitió bondadosamente sentarse a su lado. La tranquilizó: Ves, he dejado el trono de los cielos para unirme a ti. Lo que estas viendo es apenas una pequeña muestra y tu alma se desmaya de amor. ¡Cuanto se asombrara tu corazón cuando Me veas en toda la plenitud de la gloria! Quiero decirte, sin embargo, que la vida eterna debe iniciarse ya aquí en la tierra a través de la Santa Comunión. Cada Santa Comunión te hace mas capaz para la comunión con Dios por toda la eternidad.




LA FLECHA DORADA - SOR MARIA NATALIA MAGDOLNA








El Salvador una vez me dijo: “Maldecir es como una flecha ponzoñosa que hiere mi Corazón. Hija mía, Yo quiero que tú hagas reparación por las maldiciones y las blasfemias contra mi Nombre; de esta manera Yo te daré una flecha de oro”. Entonces Jesús me enseñó la siguiente oración:

Alabanza, veneración,
amor y adoración
sean dados al Santo Nombre de Dios
por todas las creaturas que viven en el cielo,
en la tierra y debajo de la tierra.
Especial adoración y alabanza
sean dadas al Divino Nombre de Jesús,
presente en todos los sagrarios,
y también a su Sagrado Corazón
y al Inmaculado Corazón de María.
Oh mi Jesús,
deseo que tu amorosa sed de amor
por las almas sea siempre satisfecha,
y que todos los corazones de los hombres
Te amen y Te consuelen. Amén.

viernes, 21 de junio de 2013

Del diario de Santa Faustina, Jesús nos instruye sobre la lucha espiritual



1760       + Conferencia sobre la lucha espiritual.

Hija mía, quiero instruirte sobre la lucha espiritual.
Nunca confíes en tí misma, sino que abandónate totalmente a Mi voluntad. En el abandono, en las tinieblas y en diferentes dudas recurre a Mí y a tu director espiritual., él te responderá siempre en Mi nombre. No te pongas a discutir con ninguna tentación, enciérrate inmediatamente en Mi Corazón y a la primera oportunidad, revélala al confesor. Pon el amor propio en el último lugar para que no contamine tus acciones. Sopórtate a tí misma con gran paciencia. No descuides las mortificaciones interiores. Justifica siempre dentro de ti la opinión de las Superioras y del confesor.
Aléjate de los murmuradores como una peste.
Que todos se comporten como quieran, tú compórtate, como Yo exijo de ti. Observa la regla con máxima fidelidad. Después de sufrir un disgusto, piensa qué cosa buena podrías hacer para la persona que te ha hecho sufrir. Evita la disipación. Calla cuando te amonestan; no preguntes la opinión de todos sino de tu director espiritual; con él se sincera y sencilla como una niña. No te desanimes por la ingratitud; no examines con curiosidad los caminos por los cuales te conduzco.
Cuando el aburrimiento y el desánimo llamen a tu corazón, huye de ti misma y escóndete en Mi Corazón.
No tengas miedo de la lucha, a menudo el solo valor atemoriza las tentaciones y no se atreven a atacarnos.

Lucha siempre con esta profunda convicción de que Yo estoy a tu lado. No te dejes guiar por el sentimiento, porque él no siempre esta en tu poder, todo el mérito esta en la voluntad. Depende siempre de las Superioras en las cosas más pequeñas. No te hago ilusiones con la paz y los consuelos, sino que prepárate a grandes batallas. Has de saber que ahora estás sobre un escenario donde te observan la tierra y todo el cielo, lucha como un guerrero para que pueda concederte el premio; no tengas mucho miedo porque no estas sola.



martes, 18 de junio de 2013

Visión de Santa María Faustina Kowalska, en la Santa Misa.


Del Diario: La Divina Misericordia en mi alma.
                
1043 Este día 23 es el Martes Santo y un día en el cual Dios me ha concedido muchas gracias.

1044 Súbitamente me inundó la presencia de Dios y de inmediato me vi en Roma, en la capilla del Santo Padre, pero a la vez estaba en nuestra capilla, y al solemnidad del Santo Padre y de toda la Iglesia estaba estrechamente unida a nuestra capilla, y de manera especial a nuestra Congregación; y participé al mismo tiempo en la solemnidad de Roma y la de aquí. Esta solemnidad estaba tan estrechamente unida a Roma que, aunque escribo, no alcanzo a distinguir (la diferencia entre una y otra), pero fue asi como lo ví. Ví al Señor Jesús expuesto en la custodia en el altar mayor, en nuestra capilla. La capilla estaba adornada solemnemente y aquel día podían entrar en ella todos, cualquiera que quisiera. Hubo tanto gentío que yo no lograba abarcarlo con la vista. Todos participaban en esa solemnidad con gran alegría y muchos recibieron lo que habían deseado. La misma solemnidad tenía lugar en Roma, en un bello templo y el Santo Padre con todo el clero celebraba esta solemnidad. Y de repente vi a San Pedro que se puso entre el altar y el Santo Padre. ¿Qué decía San Pedro? No pude escucharlo, pero vi que el Santo Padre comprendía sus palabras.

1045 De pronto, algunos eclesiasticos que desconozco, empezaron a examinarme y a humillarme, o más bien lo que había escrito, pero veía que Jesús Mismo me defendía y les hacía comprender lo que no sabían.

1046 De súbito vi que de la Santa Hostia salieron los dos rayos que están pintados en la imágen y se esparcieron sobre el mundo entero. Eso sucedió en un solo momento, pero fue como si hubiera durado un día entero y nuestra capilla estuvo repleta de gente durante todo el día y todo ese día fue pleno de gozo.

1047 Y de pronto ví al Señor Jesús vivo en nuestro altar tal y como está pintado en la imágen.Sin embargo sentía que las hermanas y toda la gente no veían a Jesús así como lo veía yo. Jesús miró con gran bondad y alegría al Santo Padre, y a ciertos sacerdotes, y a todo el clero, y al pueblo y a nuestra Congregación.

1048 De repente fui raptada a la cercanía de Jesús y me presenté en el altar junto a Jesús y mi espíritu fue llenado de una felicidad tan grande que no puedo ni comprender ni describir. Un abismo de serenidad y de descanso inundó mi alma. Jesús se inclinó hacia mi y me dijo amablemente: ¿Qué deseas, hija Mía? Y contesté: Deseo la gloria y el culto de Tu misericordia. El culto ya lo recibo con la institución y la celebración de esta Fiesta; ¿Qué deseas más? Y miré esta gran muchedumbre que veneraba la Divina Misericordia y dije al Señor: Jesús, bendice a todos los que están reunidos para rendirte honor a Tu Misericordia infinita. Jesús trazó con la mano la señal de la santa cruz; la bendición se reflejó en las almas con un relámpago de luz. Mi espíritu se sumergió en su amor, sentí como si me disolviera en Dios y desapareciera en Él. Cuando volví en mi, una profunda paz inundaba mi alma y le fue concedido a mi mente comprender de manera milagrosa muchas cosas que antes habían sido incomprensibles para mi.

1049 Soy sumamente feliz a pesar de ser la más pequeña y no quisiera cambiar nada de lo que Dios me ha dado. Ni siquiera con un serafín quisiera cambiar el conocimiento interior que Dios me da de Sí Mismo. Mi unión interior con Dios es tal que ninguna criatura puede comprenderla y, especialmente, el abismo de su misericordia que me envuelve completamente. Soy feliz con todo lo que me das.