viernes, 18 de abril de 2014

EL VIA CRUCIS, RELATADO POR LA BEATA ANA CATALINA EMMERICH - TERCERA ESTACION



TERCERA ESTACION: JESUS CAE POR PRIMERA VEZ.
 
Adoramos te, Christe, et benedicimus tibi.
Quia per sanctam crucem, team redemisti mundum.

La calle, poco antes de su fin, tuerce a la izquierda, se ensancha y sube un poco; por ella pasa un acueducto subterráneo, que viene del monte de Sión. Antes de la subida hay un hoyo, que tiene con frecuencia agua y lodo cuando llueve, por cuya razón han puesto una piedra grande para facilitar el paso. Cuando llegó Jesús a este sitio, ya no podía andar; como los soldados tiraban de Él y lo empujaban sin misericordia, cayó a lo largo contra esa piedra, y la cruz cayó a su lado. Los verdugos se pararon llenàndolo de imprecaciones y pegàndole; en vano Jesùs tendìa la mano para que le ayudasen, diciendo: ``¡Ah, presto se acabarà!´´, y rogò por sus verdugos; mas los fariseos gritaron: ``¡Levantadlo, si no morirá en nuestras manos!´´. 
A los dos lados del camino habìa mujeres llorando y niños asustados.
Sostenido por un socorro sobrenatural, Jesùs levantò la cabeza, y aquellos hombres atroces, en lugar de aliviar sus tormentos, le pusieron la corona de espinas.
Habiéndolo levantado, le cargaron la cruz sobre los hombros, y tuvo que ladear la cabeza, con dolores infinitos, para poder colocar sobre su hombro el peso con que estaba cargado.


PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
JESÚS, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén, Jesús.

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