El Padre Gobbi recibió este importantísimo mensaje en los Pinos del pueblo de S.S. de Garabandal:
JESÚS EN LA EUCARISTÍA
Mensaje de la Santísima Virgen María dado al P. Gobbi en S. Sebastián de Garabandal, el 14-06-1979.
Festividad de Corpus Christi
"Hijos
míos predilectos, seguid caminado con confianza por el camino por el
que os conduce la Madre Celestial. Mi designo está a punto de cumplirse a
través de vosotros que habéis respondido a mi invitación maternal.
Secundad
mi acción que tiende a transformaros interiormente para haceros a todos
Sacerdotes según el Corazón Eucarístico de Jesús. El triunfo de mi
Corazón Inmaculado no puede realizarse sino con el triunfo de mi Hijo
Jesús, que volverá a reinar en los corazones, en las almas, en la vida
de cada uno y de las naciones: en toda la humanidad. Pero Jesús, como
está en el Cielo, así también se halla en la tierra realmente presente
en la Eucaristía: con su Cuerpo, su Sangre, su Alma, su Divinidad.
Su
reino glorioso resplandecerá sobre todo en el triunfo de Jesús
Eucaristía, porque la Eucaristía volverá a ser el corazón y el centro de
toda la vida de la Iglesia.
Jesús
en la Eucaristía volverá a ser el vértice de toda vuestra oración, que
debe ser oración de adoración, de acción de gracias de alabanza y de
propiciación.
Jesús
en la Eucaristía volverá a ser el centro de toda la acción litúrgica,
que se desarrollará como un himno a la Santísima Trinidad, a través de
la perenne función sacerdotal de Cristo, que se actúa en el misterio
eucarístico.
Jesús
en la Eucaristía volverá a ser el centro de vuestras reuniones
eclesiales, porque la Iglesia es su templo, su casa que ha sido
construida sobre todo para que pueda resplandecer en medio de vosotros
su divina presencia.
Hijos
predilectos, desgraciadamente en estos tiempos las tinieblas han
oscurecido también el Tabernáculo: en torno a él hay tanto vacío, tanta
indiferencia, tanta negligencia. Cada día aumentan las dudas, las
negaciones y los sacrilegios.
El
Corazón Eucarístico de Jesús es herido de nuevo por los suyos en su
propia Casa, en el mismo lugar donde ha puesto su divina morada entre
vosotros.
Volved
a ser los adoradores perfectos, los ministros fervientes de Jesús
Eucarístico que, por medio de vosotros, todavía sigue haciéndose
presente, todavía se inmola y se da a las almas.
Llevad a todos a Jesús en la Eucaristía: a la adoración, a la comunión, a un amor más grande.
Ayudad
a todos a acercarse a Jesús Eucarístico de una manera digna, cultivando
en los fieles la conciencia del pecado, invitándolos a acercarse a la
Comunión sacramental en estado de gracia, educándolos en la confesión
frecuente y advirtiéndoles que la confesión es necesaria a quien se
halla en pecado mortal para recibir la sagrada Eucaristía.
Hijos
predilectos, oponed un dique a la multiplicación de los sacrilegios:
nunca como en estos tiempos se han hecho tantas comuniones de manera tan
indigna.
La
Iglesia está profundamente herida por la difusión de las Comuniones
sacrílegas. Ha llegado el tiempo en que vuestra Madre Celestial dice:
Basta!.
Yo
misma colmaré el gran vacío en torno a mi Hijo Jesús presente en la
Eucaristía. Formaré una barrera de amor en torno a su divina presencia.
Yo misma, a través de vosotros, hijos predilectos, que quiero colocar
como una guardia de amor en torno a todos los tabernáculos de la
tierra."
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