El Salvador una vez me dijo: “Maldecir es como una flecha ponzoñosa que hiere mi Corazón. Hija mía, Yo quiero que tú hagas reparación por las maldiciones y las blasfemias contra mi Nombre; de esta manera Yo te daré una flecha de oro”. Entonces Jesús me enseñó la siguiente oración:
Alabanza, veneración,
amor y adoración
sean dados al Santo Nombre de Dios
por todas las creaturas que viven en el cielo,
en la tierra y debajo de la tierra.
Especial adoración y alabanza
sean dadas al Divino Nombre de Jesús,
presente en todos los sagrarios,
y también a su Sagrado Corazón
y al Inmaculado Corazón de María.
Oh mi Jesús,
deseo que tu amorosa sed de amor
por las almas sea siempre satisfecha,
y que todos los corazones de los hombres
Te amen y Te consuelen. Amén.
La oración de la Flecha Dorada fue revelada a Sor María de San Pedro.
ResponderEliminarExcelente
ResponderEliminar